La Carta
Enero del 2006, San Francisco (California)
Han pasado tres años y estoy muy apenado contigo porque hasta ahora no te he escrito pero te juro
que he tenido muchos intentos, todos infructuosos. La primera vez iba a comenzar con un:
- ¿Cómo estas?
La segunda fue, contándote las penurias que pase con
una hermosa mujer de la que creí estar enamorado, pero ya sabes como soy, a los días ya no era nada y las líneas perdieron
importancia. Y es que me cuenta tanto escribirte, no es porque no quiera simplemente,
porque no sé como empezar. Yo he recibido algunas cartas vía correo electrónico y todas son tan vacías. Unos dicen que Dios
te bendiga, otras que cumplas con tus sueños y él que la escribe es el ser más envidioso de aquel vecindario donde vivía.
Por otras bocas se que estas bien, me imagino todo el maldito camino y la angustia que tendrás
que haber soportado para estabilizarte un poco. Por mi parte te comento que me pasa algo extraño, voy de un lado a otro, pero
cuando parto es el momento en que mi estabilidad esta en su mejor momento. No puedo con la rutina así de esta se desprenda
dinero. Créeme quiero que vengas a ver aquí para que me digas si es que estoy enfermo o es algo común en este tipo de vida.
Han pasado tantas cosas, he conocido tanta gente. Ya estoy acostumbrándome a toda esto, puedes imaginarte después de haber
estado en alrededor de seis ciudades en tres estados de este país tan grande y tan loco, cada uno tan lejos del otro y tu
sabiendo como yo vivo que sino imprimo eso de exceso no hay razón. Si es para desesperarse pero increíblemente he conservado
la compostura. Te acuerdas lo esquizofrénico que era y entre dos cuadras quien se iba a imaginar.
Aquí la variación son las mascaras, antes tenia que soportar la horrible injerencia vecinal en
la vida privada, los prejuicios bíblicos en una descomunal envidia que penetraba todos los entornos de la idiota sociedad
aquella. Esperar la noche me hacia duro, era un instante en que desaparecían los no podrás. Hoy día la nausea es por una adoración
al hierro, al concreto disfrazado de neón, aquí la maquina nos ultraja, da vueltas sobornándonos por un millonario lucro.
Creo que mi juicio empeora cada vez que despierto, aunque nadie juzga mi conducta pago mi individualismo
con un extraño culto a la crueldad. Veo gente reclamando en el piso mientras llora, hombres y mujeres que mueren y soy incapaz
de tener un sentimiento de compasividad, también observo innumerables personas dotadas de poderes Psíquicos tratando de influenciarlo
todo.
Por ejemplo, este día fue de una pausa atroz a una lluvia de San Francisco y renovado el sol me
desentendí de la enorme cadena que significo Diciembre.
Empecé recomponiendo mi espalda con algunos estiramientos, mi estomago con privacid, mi riñón con
abundante agua.
Te preguntaras ahora que pienso, y te puedo decir que lo mismo, ir a otro sitio, perdóname pero
no me vengas con lo mismo de todos de que hay que sembrar raíces. Mi madurez es una madurez de viajero, viajero pobre o como
lo quieras llamar solo te diré que he aprendido a subsistir sin hacer nada ilegal. A pesar de tantos sufrimientos creo que
me voy aliviando aunque no me confió, vivo preparado para lo peor, se que a la vuelta de la esquina esta el holocausto, aun
así te comento que aquí la vida es interesante, la amabilidad de la gente de San Francisco me sorprende porque aunque estén
tirados en el piso borrachos y balbuceando son capaces de quitarse pidiéndote disculpas para que pases y hasta pueden darte
una dirección. Además, la arquitectura Victoriana y los colores me hacen sentir como si estuviera en un trance pictórico donde
se enarbolara la condescendencia de la naturaleza acompañada del amor.
No exagero, naturalmente extraño mi sub-mundo New Yorquino porque aunque la gente es capaz de patearte para que
te quites y todo te ignora hay algo mas profundo allá o yo soy un sádico. En todo caso tomo esto como unas vacaciones dentro
de la vacación. El caso es que la vida continua y yo ya no tengo ganas de hacer nada de lo que no me guste, menos ahora que
me he librado de esas mujeres malcriadas y lloronas a las que solía atarme.
El reto ahora será derrotar ese vinculo de bajada, trabajo en ello no quiero tener que esperar
ese montón de vidas para solucionar mis problemas que muy bien tu sabes no tienen nada que ver con agradar a la sociedad.
Estoy presto a enfrentarme porque quiero extirpar al idiota que detiene el influjo de mis palabras con sus taras emocionales.
Donde quiera que me encuentre tratare de escribirte. El motivo de la tardanza en hacerlo ya
te la explique muy bien.
- ¿Pero debo escribirte yo?
Tú también puedes hacerlo. Aunque jugué con un nihilismo que término por exterminar todo mi pasado
tu quedaste entre las cenizas y sin afección.